sábado, 19 de septiembre de 2009

ABC califica 'El Quinto Mandamiento' como uno de los mejores thrillers del año

2008, 2 Febrero. El prestigioso suplemento cultural del diario ABC, ‘ABCD de las Artes y las Letras’ calificaba el pasado 2 de febrero a la novela de Eric Frattini, ‘El Quinto Mandamiento’ (Espasa Calpe) como uno de los mejores thrillers policíacos del año junto a la novela del también escritor Juan Bolea y titulada, ‘Crímenes para una exposición’ (Ediciones B).

El crítico Fernando Martínez Laínez, en su columna quincenal ‘La Llave de Cristal’, hacía un análisis titulado ‘Acción y algo más’ sobre la novela policíaca y su dirección hacia la buena literatura desde obras como ‘El Nombre de la Rosa’ de Umberto Eco, ‘Chacal’ de Frederick Forsyth o ‘El Candidato de Manchuria’ de Richard Condon.

A continuación reproducimos el artículo íntegro:

LA LLAVE DE CRISTAL
Fernando Martínez Laínez
“Acción y algo más”

Quizás el cambio de opinión empezó con ‘El Nombre de la Rosa’ de Umberto Eco, ‘Chacal’ de Frederick Forsyth o ‘El Candidato de Manchuria’ de Richard Condon, pero el hecho es que ha pasado ya el tiempo en que las novelas de acción etiquetadas como thriller fueran consideradas, en bloque, infraliteratura, basura escrita para el olvido.
En la actualidad, el thriller es un género respetable; o al menos, no despreciable, lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que la gran mayoría de las obras así catalogadas sean buenas. El problema, como siempre, es la calidad. Hay thrillers buenos, malos, mediocres y hasta nefastos.
Un buen thriller –definen algunos teóricos- es aquel que está tan bien escrito que puede leerse por puro placer después de conocer el desenlace. O sea, cuando la literatura supera al misterio, siempre que el misterio lo sea realmente y no se trate de una desangelada tramoya cuyo final deje de interesarnos a la segunda página.
El thriller requiere tensión y es la novela de aventuras de nuestro globalizado tiempo, un genero universal, con un mercado lector en expansión que se revela inagotable.
El gran peligro está en la sumisión a los tópicos, algo propio de autores oportunistas y romos que ambicionan alcanzar la meta del best-seller y llenarse rápido el bolsillo.
Pero escribir un buen thriller, tengo o no éxito, no es fácil. Exige profesionalidad, talento narrador, personajes creíbles y documentación exacta que haga verosímil la acción. Eso como mínimo.
El thriller es un género difuso, un saco donde cabe casi todo con tal de respetar el principio básico de contar una historia de acción que no aburra. Si además de no aburrir, la historia está bien escrita, estaremos hablando de literatura.
La línea que separa el thriller de la novela policíaca, negra o de espías, es con frecuencia muy delgada, y en el caso español hay buenos ejemplos de estos como demuestran dos recientes obras: ‘Crímenes para una exposición’ (Ediciones B) de Juan Bolea y
‘El Quinto Mandamiento’ (Espasa Calpe) de Eric Frattini.
La novela de Bolea elabora una original intriga en clave musical, con cuidado estilo y protagonismo de la subinspectora Martina de Santo, un personaje bien tallado, dotado de calado emocional.
En cuanto a Frattini, veterano conocedor de enredos vaticanos, acierta a combinar una trama bien orquestada y un planteamiento documental riguroso. En ambos casos, ficción criminal bien trabajada. Dos tantos para el thriller español.

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