jueves, 4 de marzo de 2010

Artículo aparecido en 'El Periódico de Aragón' sobre mi nuevo libro 'Los Papas y el Sexo'

Sandalias para más de un gran pecador

01/03/2010 Juan Bolea


Ese autor hiperactivo e hipercordial que es Eric Frattini suele echarme la culpa de haberse dejado envenenar por la novela policíaca. No es fácil recordar cuanto se hace en La Rioja, pero parece probado que, a raíz de una cena que compartimos en Logroño Negro, le inoculé el vicio nefando del padre Chandler. A partir de entonces, el versátil talento de Frattini ha creado una adrenalínica saga con su malvado cardenal Lienart y los escándalos del Vaticano como telón de fondo.

Asimismo, ha debido liberar no pocas endomorfinas entre la púrpura, en los celestiales círculos de San Pedro, el último ensayo de Frattini, Los Papas y el sexo (Espasa). Ya el título advierte de lo que encontraremos en sus cuatrocientas páginas, pero el brutal contenido herirá sensibilidades hipócritas. Papas simoníacos, criminales, pederastas. Papas corruptos, prostibularios, incestuosos. Papas envenenadores, zoofílicos, promiscuos y borrachos se suceden desde los primeros tiempos del cristianismo, desde Lino, el primer pontífice, hasta las alimañas que convirtieron Aviñón en un ensotanado burdel; desde los Papas bizantinos, rodeados de oro, efebos y opio, hasta aquel imperio de sensualidad tejido por los Papas renacentistas...

No sin manejar una abrumadora bibliografía, el autor va tejiendo una biografía de la institución papal en la que lo normal es encontrar pontífices casados (San Dámaso, San Anacleto, Pío II...), fetichistas (Inocencio III, Martín V, Alejandro VI, Benedicto XIV), sádicos (San Adriano III,Gregorio IX, Urbano VI) o violadores (San Sixto III, Benedicto V, León X), sin que abunden, precisamente, los probos o santos hombres de Dios. A partir de la edad moderna, las costumbes eclesiásticas irán moderándose un tanto, por lo que las debilidades sentimentales o sexuales de los Papas contemporáneos tomarán formas opacas. Como, por ejemplo, la compleja relación deJuan Pablo II con las mujeres (sin desestimar la hipótesis de que estuviera casado) o el papel de personajes como Sor Pascualina, ama de llaves de Pío XII y quién sabe qué más... ConRatzinger y sus obsesiones por demonizar el sexo extramarital y defender el honor de la Iglesia frente a los casos de abusos sexuales, concluye este repaso a la sacra institución del Papado.

Tras semejante dosis de blanco erotismo, Frattini, en penitencia, deberá regresar a la novela negra. Seguro que encuentra allí más inocentes.


1 comentario:

  1. Eric.. saludos...
    podrias divulgar este video?
    http://www.youtube.com/watch?v=U1xg_m7t5R0

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